hay cierta dignidad en los escombros,
cierta nobleza en la argamasa,
una luz especial que brota de la arcilla.
en el espacio muerto se descubren temblores,
un aroma distinto recorre los desechos
donde subsisten fragmentos ignorados
de ceramica griega,
donde subsisten fragmentos ignorados
de ceramica griega,
polvo de arena dorada por el nilo,
y el ojo del venado
que lumino el tapiz donde siempre moría.
solo el muro del fondo sigue en pie
y en el centro del muro un hueco diminuto, disimulado por la sombra,
todavía presente, de algun cuadro.
es un tunel labrado con paciencia
para comunicar a aquella habitación del fondo de la casa
con el jardín, la calle, el infinito.
Waldo Leyva

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