que bella es la unisona melodía del amor!
acaso, no lo crees?
ese, si ese, el que te enamora, y calla tus palabras con sus dulces dedos, palpando en tus labios la textura lánguida de su piel blanca, mientras se da el lujo de tocarlos deseando su carne roja con lujuria...
-diré- que las mañanas tengan un aroma a roselia, y el sol, a frutas tropicales, frescas como el hielo,
y un vestido delicado de flores, ondee las transparencias del viento, sabiendo que estoy en la plaza glorias patrias al pie de la fuente, fielmente sentada, admirando la fuerza de los chorros de agua y su rompiente en lo alto, donde cada gota se resigna a ser rocío hasta caer en las turbias y calmadas aguas mohosas, incluso puede que atrapadas en mi cabello arreglado y mi perfecto maquillaje vanidoso, propio de mi, listo para impresionar- y a que chica no le agrada eso?-, los colores trascienden el tono de mi piel, y solo me quedare allí sentada por horas, días y años, en espera de mi amor; y preguntare retoricamente -¿Por qué, en general, se rehuye la soledad?- porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos, así, nuestros ojos se fijan, llegando a mirarnos por un agujero, de algún lugar, para ver al fondo el jardín, la calle, la vida...